Se conoce como La Goleta al puerto de la ciudad de Túnez, capital del país, y principal puerto del mismo. Su nombre, al contrario de lo que muchos pudiesen pensar, no proviene del tipo de barco denominado de la misma manera, sino que hace referencia a una “gola del río”, que en árabe representa un “canal por donde entran los buques en ciertos puertos o rías”, según la definición que da el diccionario de la Real Academia Española.
En este sentido, “La Goleta” tunecina se refiere al canal de 28 metros de longitud que mantiene unidos el llamado Lago de Túnez con el mar.
El término puertos púnicos de Cartago sirve para designar a los antiguos puertos de la ciudad de Cartago que estuvieron en funcionamiento durante la Antigüedad.
Cartago era ante todo una potencia que se podría denominar Imperio de los mares, es decir, una talasocracia, cuyo poder se basaba principalmente en la magnitud de su comercio. Los cartagineses no eran los únicos que seguían esta política de dominio de los mares, ya que varios de los pueblos de la Antigüedad «vivieron por y para el mar».
Las Termas de Antonino o Termas de Cartago fueron unas de las termas más importantes del Imperio romano, y las mayores construidas en suelo africano. Fueron edificadas en el siglo ii y su ubicación frente la costa tunecina era muy privilegiada y son excepcionales por la cantidad de restos, a pesar de los estragos del feroz despojo de materiales.
Aunque la actual Cartago se ha “comido” a la antigua Cartago, aún quedan zonas donde los restos de la ciudad romana siguen estando visibles, y desde la declaración de patrimonio, protegidas. En Cartago se conserva en un relativo buen estado, los restos de un antiguo teatro romano. Un teatro que incluso actualmente sigue en actividad, al modo de nuestro teatro de Mérida.
El anfiteatro de Cartago es un anfiteatro romano construido en el siglo i en la ciudad de Cartago, reconstruida por Julio César (Colonia Julia Karthago) y que se convirtió en la capital de la provincia romana de África. La depredación que ha sufrido el sitio arqueológico hizo que solo subsistiera la arena, mientras que el edificio era objeto de admiración de los viajeros, incluso en la Edad Media.
El Museo del Bardo o Museo Nacional del Bardo es el principal museo de Túnez, situado en la municipalidad de El Bardo, en la gobernación de Túnez. Tiene una gran variedad de piezas arqueológicas, joyas y mosaicos únicos. El mismo edificio es digno de observación. El edificio principal fue construido en la segunda mitad del siglo xix para ser destinado a palacio; fue convertido en museo en 1882 y fue bautizado entonces Museo Alaoui (de Alí el bei, que gobernó de 1882 a 1902); un espacio adyacente, que era un antiguo palacio del bei (relativamente pequeño, construido en 1831-1832) se añadió en 1899 para albergar las colecciones de arte islámico.
Destaca la sala con la cúpula, el gran patio cubierto, la sala de música y los apartamentos privados.
Patio interior cubierto
La pieza más antigua es un objeto encontrado en el Guetar que tiene unos 40.000 años; las piezas modernas son recientes, objetos de la vida cotidiana moderna. El número de salas es de 34, de las cuales las principales son:
Hermaïon de El Guettar
La sala V o de los mosaicos cristianos, con estelas y bajos relieves púnicos y líbicos, y objetos funerarios de época cristiana con mosaicos de tumba y sarcófagos.
Sala de los mosaicos romanos
La sala IX, dedicada al mundo romano, es el antiguo patio del palacio; tiene numerosas estatuas de la Cartago romana y de otros lugares como Útica, Oudna, Altuburos, Dougga y otros. También hay algunos pavimentos (mosaicos) y estatuillas.
La sala X o sala de Sussa, antigua sala de fiestas del palacio, contiene varios mosaicos y es el más destacado un pavimento mosaico procedente de Sussa (Hadrumetum) y otros mosaicos famosos procedentes de Cartago.
La sala de Dougga (XI), con los mejores mosaicos encontrados en Dougga.
La sala de Virgilio (XV), donde está el mosaico de Virgilio considerado el mejor del mundo.
Virgilio escucha a Clío y Melpómene.
Las salas de Mahdia (XVI y XXII), donde están los hallazgos submarinos en la costa de Mahdia, esculturas de mármol y bronce de gran calidad y algunos mosaicos de Cartago, Útica y Thysdrus (El Djem).
El patio del palacio forma una serie de salas dedicadas a la civilización arabomusulmana, con dos secciones: una de la edad media y otra etnográfica, que muestra objetos de la vida de los últimos dos o tres siglos en Túnez. La primera tiene una serie de objetos que incluyen sarcófagos, estelas y otros que se encuentran en el camino a la sala IV, donde hay numerosas vitrinas en las que se exponen algunos alcornos (de los siglos IX, X y XI), manuscritos y otras rarezas; también bordados egipcios, esculturas de madera, una silla de oración de la gran mezquita de Kairuan del siglo ix, y algún relieve en mármol de época fatimita. Igualmente, hay joyas, monedas de oro, manuscritos de tratados de medicina, copas de cobre, vasos, y cerámicas aglábidas y fatimitas (entre ellas, el famoso plato conocido como «el caballero de Sabra».
Sala de Cartago
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